Su zurda era exquisita, le pegaba como los dioses, por eso en el largo y nutrido listado de goleadores que pisaron los campos de juego de la Liga Rafaelina aparece la exorbitante figura de Oscar «Corcho» Favre, ese tremendo perforador de arcos que arrancaba gritos feroces en cada tribuna que hacía suya tras la conquista.

Jugador de baja estatura, piernas musculosas y potentes, bigote estilo mejicano y el pelo preferentemente largo que le cubría toda la nuca y parte de los hombros, un estilo de época a lo Leopoldo Jacinto Luque o «Ratón» Ayala para nombrar a un referente de la zona de Humboldt, figura inolvidable de San Lorenzo de Almagro.

Favre nació en la ciudad de San Carlos, provincia de Santa Fe, para luego radicarse en Esperanza donde comenzó a jugar al fútbol en Rivadavia Juniors. En esa ciudad santafesina también jugó en San Lorenzo (debutó en primera en 1965), Mitre y Sportivo Norte.

Maestro de ejecuciones con pelota quieta, la cancha era su aula, por eso quizas quedaba bien jugar en Sarmiento, club de Resistencia en la provincia de Chaco. Y también en Sarmiento del pueblo de Humboldt. Era maestro de los maestros.

(Foto e Info: Libro «Un siglo de Grandeza» (Diego Lisandro Sonzogni Mazzaro)

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